.:: Historia de Puno

LAS MUJERES DE JULIACA


En el primer tramo de vida inka en el hoy departamento de Puno se suscitaron tres rebeliones qollas relevantes, la tercera es la de mayor significación. En el sofocamiento de las rebeliones los inkas lograron vencer a los sublevados, no obstante que los qollas consiguieron algunas victorias, de estas la más importante es la proeza de las mujeres cullacas en las fortalezas de Huarmi Pukara y Llallahua.
LOS QOLLAS Y LOS LUPAQAS
En el establecimiento y el desarrollo de los reinos aymaras, los qollas de habla puquina al mando de Zapana y los lupaqas aymara hablantes dirigidos por Qari, cumplieron acciones conjuntas hasta convertirse en los más poderosos de ese tiempo, por entonces consolidaron sus pueblos fortificados en zonas altas; sin embargo, en el último tramo se enfrentaron entre sí, por la supremacía regional.
LA INCURSIÓN INKA
Cuando qollas e inkas crecían en poder, mantenían vinculaciones amistosas. Así, el último de la dinastía de los Zapana, asistió a la boda y coronación del Inka Viracocha. Después, la enconada rivalidad entre qollas y lupaqas hizo que estos busquen un acercamiento con los inkas, por tal motivo enviaron mensajeros al Cuzco, tanto Cari como Zapana. Finalmente, el Inka Viracocha concierta con Qari y decide incursionar territorio qolla.
LA BATALLA DE PAUCARCOLLA
En los enfrentamientos entre qollas y lupaqas se alternaron los triunfos, la contienda final ocurrió, según Pedro Cieza de León, en “un pueblo que se llama Paucarcolla...donde murieron más de treinta mill indios. Y, habiendo durado gran rato, Cari quedó por vencedor... y el mismo Zapana fué muerto en esta batalla”. Después de ese suceso, se selló en Chucuito el pacto entre inkas y lupaqas. Después de la batalla de Paucarcolla recién se tuvo plenamente la presencia aymara en el reino Qolla.
EL RESURGIMIENTO QOLLA
Al poco tiempo, Chuchi Qhapaq, descendiente del último de la dinastía de los Zapana, reorganizó el ejército qolla, recuperó la prestancia y el poderío de su nación, acrecentó sus dominios y otra vez los qollas estaban en un nivel parejo al de los inkas. Para Pedro Sarmiento de Gamboa: “Chuchi Cápac creció tanto en autoridad y riquezas con aquellas naciones de Collasuyo”.
LA PRESENCIA DE PACHACÚTEC
No obstante que el Inka Viracocha incursionó territorio qolla, tuvo que ser Pachacútec y su ejército, tras derrotar en las batallas de Ayaviri y Pucará a los qollas dirigidos por Chuchi Qhapaq, quienes concretaron la conquista de los reinos aymaras, por los años de 1440 a 1450. Una vez que los quechuas vencieron a los qollas, los inkas lograron integrar a los qanas, qollas y lupaqas en la jurisdicción del Qollasuyo.
LAS REBELIONES QOLLAS
Los qollas en numerosas ocasiones se sublevaron, puesto que, a decir Pedro Sarmiento de Gamboa, “eran unos de los que más procuraban su libertad, siempre que hallaban coyuntura se aventuraban”. Hubo tres rebeliones, la primera la dirigieron los hijos de Chuchi Qhapaq, la segunda estuvo al mando de uno de los hijos de Chuchi Qhapaq, ambos levantamientos fueron debelados por los inkas. La tercera rebelión, que para los historiadores ocurrió en 1471, resultó siendo la más importante porque incluye victorias qollas.
LA REBELIÓN DE 1471
Sobre esta rebelión nos informaron los cronistas, entre ellos Martín de Murúa, Pedro Cieza de León y Juan de Santa Cruz Pachacuti. Ante la rebelión promovida por Pachacuti Coaquiri cuando gobernaba Túpac Inka Yupanqui, la primera acción qolla, consistió en el aniquilamiento de las autoridades y los representantes inkas de los numerosos pueblos del Qollao. Una segunda acción, estuvo orientada a la construcción y/o reconstrucción de las fortalezas de Llallahua, Pukara, Asillo y Arapa, para el enfrentamiento con los inkas.
LAS MUJERES CULLACAS
Para sofocar la mayor rebelión qolla se desplazó del Cusco un ejército de doce mil hombres que en Huarmi Pukara, una fortaleza calcetera, mordió el polvo de la derrota en una batalla ante las tropas qollas que estuvo al mando de valerosas mujeres juliaqueñas. Ese importante episodio histórico quedó registrado por el cronista Juan de Santa Cruz Pachacuti, en estos términos: “Topa inca Yupanqui hace junta de guerra contra ellos. Entonces se ofrecen los hanan y hurin quechuas a ir solos, confiando en sus fuerzas. Por los muchos ruegos de ellos Topa Yupanqui concede y acepta la conquista de las 4 provincias. Así, sale del Cuzco un ejército muy poderoso de 12 mil hombres quechuas, los cuales llevan tan lucidas armas y gente y con mucha soberbia y en su compañía llevan un huaca e ídolo. Comienzan a pelear en Huarmi pucara con las mujeres cullacas, en donde aína fueron vencidos los quechuas del inka”.
LA BATALLA DE LLALLAHUA
Después de la derrota en tierra calcetera, el resto de las tropas inkas se desplazó hacia la fortaleza de Llallagua, en donde los quechuas se repusieron y nuevamente se enfrentaron al ejército qolla de las mujeres cullacas, que los venció por segunda vez; a decir de Juan de Santa Cruz Pachacuti: “Se retiran a la fortaleza principal de Llallahua pucara, en donde hacen cerco los quechuas a los collas combatiéndolos con gran confianza de vencer arrimándose a la ayuda de su huaca e ídolo y en donde los pobres quechuas fueron asolados de todo punto. Uno sólo escapó, el cual trae la nueva a Topa Yupanqui, de cuya lucida soldadesca y de sus muertes y desgracias llora el inca”.
De manera que el ejército qolla al mando de las mujeres de Juliaca, derrotaron a las huestes quechuas en dos batallas; primero, en la fortaleza juliaqueña de Huarmi Pukara, después en la fortaleza de Llallagua. Estas proezas qollas, son los sucesos de mayor relevancia de la rebelión qolla.
EL DEBELAMIENTO
A tres años de la rebelión, en 1474, el ejército inka al mando de Túpac Inka Yupanqui sofocaba la sublevación qolla, tras las cruentas batallas protagonizadas en Asillo, Pukara, Arapa, Urocoto y Llallahua, en las cuales fueron derrotados los qollas. Una vez que vencieron los inkas, se hizo grandes destrozos en los pueblos que se rebelaron. Después del debelamiento, los inkas conquistaron Chile llegando hasta Coquimbo.
Según Bernabé Cobo, “el Inca... encaminó al Collao... Peleó con ellos por muchas veces, y saliendo victorioso, hizo un gran destrozo en aquellos pueblos, castigando con extraño rigor los culpados en la rebelión”. Por esta información, se deduce que Juliaca fue devastada y probablemente en esa ocasión quedó destruida la fortaleza de Huarmi Pukara, en donde resultaron derrotadas las huestes inkas. A propósito, los inkas ya desde el tiempo del Inka Pachacútec se dedicaban a “derribar las fortalezas que le parecía”, según informaba Pedro Sarmiento de Gamboa. Se presume, asimismo, que los reencuentros finales acontecieron en tierra calcetera con la inmolación de dos rebeldes y líderes juliaqueños: Waynarroque y Puntaca. Después, en Ayaviri se selló el definitivo sometimiento de los qollas.
LAS MUJERES DE JULIACA
Los historiadores consideran a “las mujeres cullacas”, que aludió el cronista Juan de Santa Cruz Pachacuti, como las mujeres de Juliaca. El historiador boliviano Manuel Rigoberto Paredes Iturri en su libro El Kollasuyo. Estudios prehistóricos y tradicionales, publicado en 1916, identificaba a “las mujeres cullacas”, como las mujeres de Juliaca; de la misma opinión es el notable historiador limeño Carlos Enrique Araníbar Zerpa.
EL CONTROL INKA
Una vez debelada la mayor rebelión qolla, los inkas lograron controlar plenamente el vasto territorio del Qollasuyo. Para tal control, los cusqueños en los pueblos qollas dejaron una guarnición, una población leal (mitimaes) y representantes inkas para la administración en esos pueblos (entre ellos quipucamayoc y orejones). Era mayor el control inka en los pueblos que se distinguieron en la rebelión, caso de Juliaca.
Apreciemos los cerros Waynarroque y Puntaca de Juliaca, en donde se inmolaron los rebeldes y líderes juliaqueños que lucharon ante las huestes inkas.

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